Los Porqués, con mayúscula

Por César Tomé López, el 31 octubre, 2015. Categoría(s): Filosofía de la ciencia ✎ 23

[T]he principle of sufficient reason, namely, that nothing happens without a reason.

(Leibniz-Clark Correspondence, L 2, AG 321)

Los Porqués

Hace unos días D. García Bello publicaba “Las pretensiones de la ciencia” donde argumentaba, con mayor o menor fortuna (su recurso al método científico, que no existe como sabemos, o a un falsacionismo naíf ya superado, son las principales debilidades), tal y como nosotros lo vemos, que la ciencia tiene límites epistemológicos. Todo el texto se resume en una frase (el énfasis, en esta y demás citas, es nuestro):

Evidentemente hay cosas que la Ciencia ni ha podido ni pretende explicar, y es bueno que sea así, que la Ciencia no cometa la imprudencia de aventurarse a conjeturar sobre cuestiones para las que no está preparada ni diseñada.

Esta frase encierra no solo el argumento principal, a saber, que hay cosas que la ciencia no puede explicar, también incluye algunas de las debilidades de la presentación: “Ciencia” en mayúscula, como si la “Ciencia” fuese claramente un ente determinado (en el sentido filosófico), o diseñado, lo que implica un diseñador o grupo de diseñadores, cuando es algo vago y basado fundamentalmente en actitudes de los que la practican.

Este artículo de García Bello provocó un animado debate en redes sociales que se ha concretado, que sepamos, en dos textos respuesta. Uno de J.I. Pérez Iglesias titulado Una buena colección de historias maravillosas y otro de J.C. García-Bayona, Los límites de la ciencia.

Pérez Iglesias malinterpreta la tesis de García Bello, que suma a la de otro artículo previo de J. Fernández Panadero La ciencia no explica los “por qués”. La malinterpreta porque entiende “porqué” en el sentido físicamente explicativo del término. Así, dice:

Deborah desarrollaba con la elegancia que acostumbra una tesis que comparto: que la ciencia no proporciona verdades. Pero también decía que la ciencia no trata de los porqués de la naturaleza, sino de los cómos.

[…]

Javier sostiene que las explicaciones relativas a los porqués no conciernen a la ciencia y que se demuestran erróneas en demasiadas ocasiones, pero que los hechos son los hechos, y de lo que se trata es de establecerlos y, como mucho, aportar explicaciones relativas a cómo se producen.

Pérez Iglesias presenta su tesis como:

Yo, sin embargo, creo que a la ciencia sí le conciernen los porqués.

Y la argumenta a partir del concepto de modelo como forma de aportar explicaciones causales a los fenómenos observados, para concluir con:

Precisamente por eso, porque no podemos pretender conocer y entender el universo, lo único a lo que podemos aspirar es a contar con modelos que nos proporcionen buenas explicaciones de cómos y de porqués.

Por su parte García-Bayona, coincide en aspectos fundamentales con los autores anteriores, como cuando afirma (de nuevo con ciencia en mayúscula):

Opino (pero no tengo la certeza) que los científicos que creen que la Ciencia puede alcanzar el conocimiento absoluto están equivocados.

Concluye con puntos de contacto con García Bello y Pérez Iglesias, usando la palabra teoría donde éste usa modelo:

Desde mi punto de vista la Ciencia tiene unos límites muy claros, busca comós (leyes) y porqués (teorías) dentro de la realidad medible usando un procedimiento razonado. Y por supuesto las teorías van cambiando (desaparecen o se modifican) porque se adaptan a las nuevas evidencias que se van encontrando.

E introduce finalmente un punto de vista relativista en su conclusión:

E igualmente opino (pero vuelvo a no tener la certeza) que, aquellos que creen que los porqués verdaderamente importantes están en las realidades no medibles, están equivocados. Porque creo que tengo derecho a decidir cuales son y cuales no son los verdaderamente importantes para mí.

Esta es una visión muy resumida de la cuestión. Responder detalladamente a todo lo que nosotros vemos comentable sería demasiado prolijo, por lo que vamos al meollo de la cuestión:

¿Por qué existe este universo?¿Por qué es como es y no de otra manera?

Tal y como nosotros lo entendemos estos son los porqués (con mayúscula) a los que se refiere García Bello y estos son porqués que la ciencia no puede responder. Los modelos (los porqués con minúscula, que son asimilables a cómos), como diría Pérez Iglesias, que se pueden crear para responderlos son metafísicos, no físicos, y, por tanto, no son respondibles empleando metodologías científicas.

Incluso los que argumentan que el universo puede explicarse a partir de una fluctuación cuántica de la nada, primero tendrían que explicar la existencia del espacio en el que tiene lugar la fluctuación y segundo, por qué habrían de aplicar las leyes físicas de este universo a un momento previo al universo. Cualquier explicación científica supone dos cosas, la existencia de algo, aunque ese algo sea la nada (e implica un espacio), y la aplicabilidad de unas leyes físicas; en la explicación del origen absoluto del universo esas condiciones no se dan.

No solo eso, suponiendo que pudiésemos saber que el universo fuese eterno, la pregunta puede reformularse como

¿Por qué existe algo en vez de nada?

Pregunta que tiene sentido porque la nada es la situación más probable de todas las que pueden considerarse (es la más simple, la más simétrica, la que implica menor número de hipótesis, etc., etc.).

Finalmente, como demuestra la existencia de mitos de la creación en todas las culturas de la Tierra, estas preguntas son objetivamente importantes para la inmensa mayoría de los humanos.

En definitiva, una discusión con muchos puntos básicos en común, con algún malentendido interpretativo,…y muy interesante por lo que revela de los autores.



23 Comentarios

  1. Gracias por tu síntesis. Me ha gustado mucho.
    Sólo algunas observaciones:
    1. Es cierto que malinterpreto a Déborah, porque al leer su anotación he pensado que siempre se refería a porqués metafísicos. Pero no creo haber malinterpretado a Javier (como muestra este comentario http://culturacientifica.com/2015/10/30/una-buena-coleccion-de-historias-maravillosas/#comment-147645) así como su charla en Naukas 2015 (que cito en el texto y que, por otra parte, me encantó).
    2. Me ha parecido especialmente clarificador el comentario que me ha dejado mi amiga química y cristalógrafa Gotzone Barandika: http://culturacientifica.com/2015/10/30/una-buena-coleccion-de-historias-maravillosas/#comment-147694
    3. Tanto su comentario como algunas de tus observaciones aquí me reafirman en que la visión que se tiene de este tema tiene mucho que ver con la procedencia disciplinar de los comentaristas.
    4. Aunque sostengo que las explicaciones basadas en porqués sirven para elaborar buenas historias, también defiendo la idea de que no todos los porqués (con minúscula) son asimilables a cómos, y que sólo torturando el lenguaje puede aceptarse esa equivalencia.
    Salud

  2. Este tema lo hemos debatido paralelamente Miguel Santander, Pedro J. y yo por facebook.

    Mi opinión es que la teleología va implícita en el «para qué» no en el porqué. ¿Se pueden construir también preguntas teleológicas con un «porqué»? Por supuesto., cuando van referidas al acto de voluntad de un ente. Los porqués referidos a la teleología de los organismos también están incluidos en la ciencia, pues estudiamos el comportamiento de seres con volición.

    Los porqués dependen del entorno en el que se preguntan, el porqué de la existencia del árbol de enfrente tiene muchas respuestas. Si preguntamos con un porqué intencional a la existencia, cuando no es referido a un ente con intención, como pueda ser el Universo, la Naturaleza, la Evolución, etc estamos cometiendo un error. Es simplemente una pregunta mal hecha.

    Por otro lado, «porqué algo en lugar de nada» (aunque le quitemos la posibilidad teleológica) la considero una pregunta trampa. Feynman describía la suerte de haber visto una matrícula de coche determinada, de entre todas las posibilidades del mundo.

    «¿Saben una cosa? Esta noche me ha ocurrido algo de lo más asombroso. Venía hacia aquí, de camino a la conferencia, y crucé por en medio del aparcamiento. Y no se van a creer lo que sucedió: vi un coche con la matrícula ARW 357. ¿Se imaginan? De todos los millones de matrículas que hay en todo el Estado, ¿qué probabilidades había de que yo viera ésa en particular esta noche? Increíble…»

    Es similar al problema creacionista del Boeing armándose en una tormenta. Partir del todo y mirar hacia atrás siempre da vértigo. Se suele olvidar que en un punto concreto de simplicidad la diferencia entre algo y nada no es precisamente clara. Pese a su dificultad, no está fuera de lo alcanzable por el conocimiento científico. Por supuesto no creo que el conocimiento científico lo llegue a alcanzar todo, las propias características previas al Universo (que comentas) pueden ser una barrera muy difícil de saltar. Pero esas no son las preguntas fundamentales que se ha preguntado la humanidad, son solo detalles de respuestas que ya están dadas.

    1. Me parece un comentario fantástico. Los dos primeros párrafos expresan a la perfección lo que hubiera querido comentar (y no fui capaz de poner por escrito) al artículo de Juan Ignacio Pérez.

      Hay un punto en el que estoy en desacuerdo; dices: «Se suele olvidar que en un punto concreto de simplicidad la diferencia entre algo y nada no es precisamente clara.» Creo que esto sólo es correcto cuando se conoce lo que se espera, o sea, se tiene una idea de qué va a surgir; se tiene el concepto de a qué se refiere ese «algo». Ejemplo: si pensamos en la evolución neuronal que terminó por dar lugar a la inteligencia humana, tenemos que hablar de un tiempo en el que probablemente lo más de lo más debían ser las medusas, que en cuestión de capacidades intelectuales estaban un poquitito mejor que nada. Pero, ¿tiene sentido hablar de la inteligencia de las medusas? ¿No es más correcto hablar de su fisiología? Y desde el punto de vista fisiológico, ¿no es una maravillosa adaptación la coordinación neuronal? De pronto, lo que parecía que no era nada, resulta ser mucho.

  3. Pues lo siento pero eso es de catetos… Ordenen sus mentes señores… Absolutamente todo lo que existe y lo que no existe puede ser verificado, demostrado, falsado, etiquetado y todo lo que quieras por la ciencia porque la ciencia es la logica y la logica se encuentra en todas las cosas, hasta en las aparentemente irracionales. Porque, como, cuando, donde y todo lo que quieras. Las opiniones con respecto a este tema y otros, son absolutamente irrelevantes porque son falsas, mentira, pseudociencia en todo caso, nunca la verdad porque verdad solo hay una, compleja, pero una. Y todo lo demás, son simplemente, mentiras. Vestigios mentales irracionales de fanaticos religiosos incapaces de aceptar el determinismo real del universo y todo lo que hay en el. Incapaces de entender que la logica es dual y por tanto unas cosas explican a su vez otras, y otras, en enjambres lógicos por los que no es necesario ver para crear puesto que incluso puede adivinarse el futuro, el pasado y todo lo inexistente. La nada existe porque existe el todo, para que exista la nada debe haber espacio para el todo porque si el hueco en el que entra el todo no puede existir la nada. Es una dualidad presente en todas las lógicas del universo, incluido el universo mismo. Ese concepto de «nada» es otro vestigio mas del simplismo religioso. La «nada» no existe porque la «nada» tambien es algo. Es «nada».

    1. «Absolutamente todo lo que existe y lo que no existe puede ser verificado, demostrado, falsado, etiquetado y todo lo que quieras por la ciencia porque la ciencia es la logica y la logica se encuentra en todas las cosas»

      Demuéstrame la hipótesis del continuo.

  4. «Incluso los que argumentan que el universo puede explicarse a partir de una fluctuación cuántica de la nada, primero tendrían que explicar la existencia del espacio en el que tiene lugar la fluctuación y segundo, por qué habrían de aplicar las leyes físicas de este universo a un momento previo al universo. »

    Podría casi escribir seun libro entero sólo como comentario a esta frase.

    Siempre me ha resultado curiosa esa especie as para matar el tres de que tenemos que poner la descripción, lo que es trivialmente cierto. De hecho, las leyes de la física pueden entenderse no tanto como leyes que rigen el universo (lo que podría además carecer de todo sentido), sino como reglas para hacer una descripción adecuada de éste y que en general consisten en que las descripciones consideren la independencia del punto de vista de observador, lo que da lugar a las simetrías, tanto las espacio-temporales (que dan lugar a la relatividad) como la gauge que dan lugar a la teoría cuántica de campos.

    «¿Por qué existe algo en vez de nada?
    Pregunta que tiene sentido porque la nada es la situación más probable de todas las que pueden considerarse (es la más simple, la más simétrica, la que implica menor número de hipótesis, etc., etc.).»

    Tengo un contraejemplo físico a esa afirmación y es el modelo de Atkatz y Pagels donde el estado desde el que se crea nuestro universo es menos probable que el universo como tal. Es la idea que se ha formulado como que en este tipo de modelos la nada es inestable. Otra opción sería pensar que en realidad la nada y el universo serían, desde el punto de vista de las simetrías subyacentes, una y la misma cosa, marcando la diferencia de la existencia del universo fenomenológico a bajas energías las roturas de esa simetrías subyacentes.

      1. Sí y no. Depende de lo que entiendas por universo y por nada. Por ejemplo, resulta interesante la discusión de Sarangi & Tye http://arxiv.org/abs/hep-th/0505104 donde utilizan el término «nada absoluta» (definido ya mucho antes por Vilenkin en los ochenta) como aquella en la que ni siquiera existe el espacio-tiempo clásico. Pero sí que describen esa nada absoluta mediante un instanton. Es decir, cualquier descripción física siempre es susceptibles de definiciones y descripciones aunque para el sentido común (o filosófico) no tenga sentido. En el fondo, creo que viene de una confusión permanente entre el mapa y el territorio. Si la física trata del mapa y de las relaciones válidas que se pueden establecer en éste, no deberían aplicarse ideas sobre el territorio, cuando además lo único que podemos realmente ver es el mapa 🙂

  5. «¿Por qué existe este universo?, ¿Por qué es como es y no de otra manera?»
    Son cuestiones inabarcables, por el momento. O quizá incorporan nociones sobre la naturaleza del universo que sólo tienen sentido para quien las formula, en este caso el observador humano.

    Solo el observador hace preguntas, el universo no se hace preguntas aunque tenga la cualidad de producir que tengamos pensamientos.

    Claro está que el observador humano no es el universo, pero el ser humano se empeña en traducirlo como si él fuera el universo, un ejemplo es la dualidad humana.
    La dualidad es una condición sensible del hombre, no una cualidad del funcionamiento del universo.

    Siempre son interesantes estos temas que comporte,César Tomé, pues los cambios en las nociones universales que anteceden a los porqués, son saltos profundos en el conocimiento abarcable por la ciencia.

    La ciencia no debiera tener un método del conocimiento, porque es como decir que hay una sola herramienta para conocer.

    1. Como ya he explicado. El universo existe porque existe el todo. El todo y la nada estan intrínsecamente ligados de forma logica. Es imposible que exista algo sin la nada y que exista la nada sin el todo. Por eso empieza el big bang. Ningún dios, ni nada esta por encima de la logica en si misma. Por ese motivo el big crash y el determinismo son las teorías validas. No puede haber un principio sin un fin, ni un ecosistema irracional. Porque para existir debe tener reglas y esas reglas deben ser estrictas y estáticas porque sino, colapsaría. Por tanto si existe algo fuera del universo, solo «funciona» cuando es logico. Para un taoista esto es muy sencillo de entender pero a los cristianos, les cuesta porque saben mas de pensamiento abstracto e irracionalidad que de logica. Y la irracionalidad no es mas que ir pensando con el pene así que de irracional poco… Eligen a placer. Todo tiene un motivo, porque tiene una logica y por tanto tiene una razon, un porque, un inicio y un final. Es imposible escapar de ello.

      1. La acción universal y sus manifestaciones, no se caracterizan por ser duales, es el ser humano quien confiere esa interpretación al universo, a través del sentir de su cuerpo en su condición existencial.
        Así pues la acción universal se traduce en el modo que afecta al ser humano, y se extrapola esta interpretación a las características de las manifestaciones.

        Esta es una explicación comprobable de la procedencia de la lógica y paradigma de la dualidad.

  6. El Por Qué hace referencia al sentido, objetivo o finalidad de lo que existe. Ahora bien a la pregunta de tiene sentido, objetivo, finalidad el universo; pues no lo sabemos, no lo sabe usted con sus filosofías, no lo se yo y no lo sabe aquel, no es objeto de la ciencia ni de su quehacer porque de momento entra en el terreno de «ideas» indemostrables. No lo sabe nadie. Cuando una persona dice saberlo, no se fíen, porque lo más probable es que se trate de un gurú y si algo aporta la ciencia al ser humano, no sólo es la cuestión de estar aquí y no haberse extinguido como especie, sino que lo más importante es la capacidad de cuestionarse y jamás conceder crédito a la manipulación. No tenemos otra herramienta para acercarnos al conocimiento de la realidad que nuestro cerebro, no se ha inventado otra de momento, que tiene limitaciones, si, perfecto, acabado y estático no hay nada en el universo, que es movimiento, cambio, no permanencia, interacción, ya que todo es un proceso en constante evolución. Nada tiene naturaleza propia por sí mismo en el universo sino que todo es relativo en interacción «con» y relativo al observador.

    La ciencia si tiene un método genuino, debe usted repasar en historia de la ciencia a Sir Francis Bacon y el método Inductivo que es precisamente lo que le da origen, carta de naturaleza tal y como hoy en día la conocemos y la separa de la filosofía y del sofisma aristotélico.
    Pues me molesta este error que se viene aquí manteniendo y ya lo expresé hace un año en la Ciencia de la Mula Francis. No confundan los antecedentes del método aristotélico deductivo y de la lógica del razonamiento, porque en el sí parto de una premisa falsa o de una conclusión final, como ejemplo, Dios existe y me dispongo a demostrarlo, claro corro el riesgo de que sí Dios no existe, dedicar todo mi tiempo y esfuerzo a construir un castillo de naipes o un gigante sobre pies de barro.

    1. La existencia de los seres y cosas tiene explicación en lo que es universal

      No es una respuesta, es el campo donde se encuentran las explicaciones.

      ¿Qué es universal a todo lo que sucede?

  7. Yo el único problema que veo al debate es que el debate mismo puede ser visto como una debilidad por los partidarios de pseudociencias y aprovechado en su favor. Para mí este tipo de debates no aporta nada puesto que vamos a seguir utilizando el método científico y la Tierra seguirá dando vueltas al Sol. Yo, al menos, solo veo consecuencias negativas.

    1. Claro que seguiremos usando el método científico… en ciencia, su ámbito. Lo pseudocientífico es pretender dar una respuesta «científica» a una pregunta filosófica.

  8. Como dice Hawking: «Preguntarse por lo que pasó un instante antes del principio del universo es igual de absurdo que preguntarse que hay al norte del polo norte».

    A veces, las preguntas no tienen respuesta, y si la tienen la ciencia las encontrará.

    1. Sostener que la ciencia encontrará las respuestas -si las hubiera- es una presunción tuya. Nada más. La ciencia, de momento, parece que ofrece más preguntas que respuestas.

  9. Hace casi 2.500 años, un griego dijo que si la nada fuese algo, sería algo y no la nada.
    Cuando hace más de 30 años se me ocurrió comentar que la nada no existe en un artículo de lo que entonces me parecía una revista científica llamada «Muy Interesante», me chafaron explicándome que confundía el concepto «nada matemática (el árabe cero)» con la «nada física (el espacio).
    Pienso que muchos aquí aiguen sin ver esa diferencia.
    El espacio, por vacío (frío) que esté sigue siendo algo, y el algo no es cero, sino espacio.
    Y el espacio es el todo eternamente mutable.

    1. «El espacio es el todo eternamente mutable» es una afirmación sin fundamento científico, o sea, no verificable empíricamente. Como creencia filosófica es tan válida como cualquier otra.

  10. A mi lo que me parece bien extraño de todo esto, es tener tanto interés en encontrar la verdad a través del pensamiento y luego utilizar la misma herramienta para poner verde al vecino. Intuyo que algo no va bien del todo.

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Por César Tomé López, publicado el 31 octubre, 2015
Categoría(s): Filosofía de la ciencia