Tú haz lo que quieras, pero mejor ondas gravitacionales que gravitatorias si hablamos de relatividad

Por César Tomé López, el 12 febrero, 2016. Categoría(s): Sin categoría ✎ 27
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No son los mismo que no son iguales.

Con todo el revuelo de ayer a cuenta de las ondas gravitacionales proliferan artículos de todo color y condición al respecto en todos los idiomas. También en español. En este caso algunos “puristas” emplean el término onda gravitatoria, pero siendo “correcto” no es un término en principio afortunado. Intentemos ver por qué.

En la revista AstronomíA, la Comisión de Terminología de la Sociedad Española de Astronomía argumenta lo siguiente:

La lengua es caprichosa y sus regularidades, imperfectas. Multitud de sustantivos que designan acciones y efectos terminan en «-ción», como migración, erupción, tradición o revolución. La etimología y el azar han conducido a cuatro caminos para construir los adjetivos relacionados con esas acciones y efectos: la terminación en «-torio» (migratorio), terminación en «-ivo» (eruptivo), terminación en «-al» (tradicional), u otras (carencia de adjetivo, soluciones diferentes, etc., como ejemplo: revolucionario). Aunque pueden buscarse patrones tras estos caminos distintos, también abundan las irregularidades. En la práctica, en cada caso es el uso el que determina la opción adoptada. Entre las palabras de origen verbal predominan las terminaciones en «-ivo» (creación creativo) pero en general, y con mucha diferencia, el castellano tiende a preferir la terminación en «-al» (emocional, fraccional, condicional, fundacional… los ejemplos serían interminables). De ahí que cuando se ignora la forma normativa de un adjetivo relacionado con un sustantivo que termina en «-ción», como por ejemplo gravitación, el espíritu del uso favorezca, quizá, a la forma *gravitacional. Sobre todo si la palabra equivalente inglesa es gravitational. Pero no; tenemos aquí un ejemplo en el que la forma tradicional y correcta, sancionada por el uso y la norma, es gravitatorio-a. Por tanto debe hablarse de efectos gravitatorios, lentes gravitatorias, etc.

Y, por tanto, deberían ser ondas gravitatorias. Pero este argumento hace aguas en el mundo real.

Básicamente porque no tiene en cuenta que existen dos fenómenos físicos que hay que distinguir, a saber, las ondas de gravedad o gravitatorias (en inglés gravity waves) que es un fenómeno que se da en física de fluidos, por ejemplo al estudiar la atmósfera, y las ondas gravitacionales (en inglés gravitational waves) que está relacionado con una de las fuerzas fundamentales de la naturaleza en tanto en cuanto que fundamental, la gravitación según la teoría general de la relatividad.

Y es que, tradicionalmente, en el lenguaje de la física se viene distinguiendo entre los fenómenos en los que la gravedad es un fenómeno local, así “la manzana cae por la gravedad”, “la atracción gravitatoria del Sol”, “la gravedad en Marte es menor que en la Tierra”; y aquellas referencias en las que se tiene en cuenta su aspecto fundamental /universal, por ejemplo, “la ley de gravitación universal de newton”, “gravitación cuántica”.

Incluso el DRAE, y sin que sirva de precedente, que para “gravitatorio” coincide con la comisión, recoge el matiz [con las limitaciones cognitivas propias de la RAE]. Efectivamente en “gravedad” (a.2) dice: Fuerza que sobre todos los cuerpos ejerce la Tierra hacia su centro. [todos sabemos que la que ejerce el Sol se llama absolutismo]. Y en la a.3 añade: gravitación (‖ atracción universal). Si ahora buscamos “gravitación”, encontramos (a.4): Atracción universal de los cuerpos en razón de su masa.

Así pues parece que lo lógico sería usar onda gravitatoria para una cosa y onda gravitacional para otra, para evitar confusiones.

¿Podría usarse el término onda de gravedad para el fenómeno de fluidos y onda gravitatoria para el relativista y obviarse por “incorrecto” el término gravitacional? Pues claro que sí, siempre que no se confunda al receptor del mensaje. Y es que el problema surge por el uso, no por la norma (que parte de la hipótesis, que sólo las academias de la lengua admiten como cierta, de que el lenguaje tiene prescriptores diferentes a los propios hablantes). Actualmente se asocia onda gravitacional al fenómeno relativista y onda gravitatoria al de física de fluidos; intentar cambiarlo por un mal entendido puritanismo lingüístico es ponerle puertas al campo. Pero cada cual es muy libre. Esto es como los formatos de vídeo, el tiempo dirá qué uso permanece.



27 Comentarios

  1. Tengo que reconocer que, en cuanto a la física de fluidos, siempre he tratado al asunto como ondas de gravedad, u olas de gravedad cuanto estudio la mar, pero aplicar el término ondas gravitacionales, tal vez por la misma costumbre, no me parece incorrecto.
    Sin duda, lo más importante de un lenguaje es entenderse. Siempre que todos apliquemos los términos del mismo modo, no habrá problema.
    Muy curioso el detalle, muchas gracias!

  2. «Básicamente porque no tiene en cuenta que existen dos fenómenos físicos que hay que distinguir, a saber, las ondas de gravedad o gravitatorias (en inglés gravity waves) que es un fenómeno que se da en física de fluidos, por ejemplo al estudiar la atmósfera, y las ondas gravitacionales (en inglés gravitational waves) que está relacionado con una de las fuerzas fundamentales de la naturaleza en tanto en cuanto que fundamental, la gravitación según la teoría general de la relatividad.»

    Me parece una justificación a posteriori (en otras palabras, una excusa) para un uso que viene dado por una tendencia anglicista. Ya que se dicen «campo gravitatorio», «fuerza gravitatoria», etc. desde hace bastante, lo lógico es decir «ondas gravitatorias». Y si se quiere distinguir de «gravity waves» se pueden traducir estas últimas como «ondas de gravedad». De todas formas, no creo que sea posible la confusión teniendo contexto.

    1. Pues claro que es «a posteriri», porque la da el uso que del idioma hacen sus hablantes. Quien quiera apriorismos ya tiene la RAE.
      Por otra parte, no es un anglicismo, como mucha gente cree (incluida la comisión), sino un galicismo incorporado por el inglés (y el español), «onde gravitationnelle» (frente a «onde de gravité»), donde ha desplazado a «gravitative», que casi ya no se ve.

      1. A ver, lo llamo «a posteriori» porque, a mi parecer, el hecho de que se use ‘onda gravitacional’ es debido a una influencia tardía del inglés (tardía porque ya existía la expresión asentada ‘campo gravitatorio’ y otras similares) y lo de evitar la confusión con las ‘gravity waves’ es una justificación posterior para darle respetabilidad o convertir en razonable algo que no surgió de manera razonable (traducción descuidada del inglés). Y, como digo, sigo pensando que no puede haber confusión posible, son campos científicos totalmente distintos.

        La RAE simplemente hace su trabajo, tratando de unificar y simplificar el uso del idioma. No tiene ningún sentido que un adjetivo tenga dos formas distintas según el sustantivo al que acompañe, siendo el significado de ambas formas exactamente el mismo. Es complicar innecesariamente el idioma.

        1. Tenemos el coco tan comido, vemos tan normal lo que nos repiten continuamente que no somos conscientes de ello.

          A ver, la RAE no es nadie, pero nadie, para decir cómo «debe ser» la lengua. La lengua es de sus hablantes. La actitud «todo para el pueblo pero sin el pueblo» es muy del despotismo ilustrado, el espíritu fundacional de la RAE. Dicho de otro modo, la lengua evoluciona como marcan el uso y las costumbres y la RAE, intentando poner puertas al campo, lo único que hace es el ridículo con un diccionario patético, ideal para leer el Quijote pero inútil en todo lo que respecta al uso contemporáneo de la lengua.

          Lo anterior viene por esa actitud normativa de tu comentario. Lo que tú llamas complicar el idioma, yo lo llamo riqueza. Y lo que será o dejará de ser lo marcarán los usos y costumbres, no una Academia trasnochada. El texto no justifica, sino que explica el origen de una necesidad idiomática que los cientificos han suplido de esta manera. Si es un préstamo del inglés es irrelevante. Toda la terminología técnica actual viene de ese idioma y enriquece el nuestro cuando la españolizamos, como en su día pasó con el árabe y después con el francés.

          Los purismos habitualmente son idealizaciones de algo que no existe. En lingüística, ese «limpia, fija y da esplendor» es solo el sueño de la razón de un déspota. El pueblo, los hablantes, son soberanos y en este tema cada uno opta por lo que considera más oportuno, aunque parece que la mayoría apunta en una dirección, de ahí el título de esta entrada.

          1. Pues nada “miembros y miembras”, eliminemos la RAE, dejemos de leer el Quijote y quedémonos con lo que le gusta al pueblo:

            Shuermano k wapo lo de las ondas gravitacionales esas no?

            Eso k es cabeza? A mi no me raye kiyo.

            La cultura ha sido siempre aristocrática en cuanto a que requiere un esfuerzo. Quien no éste dispuesto a llevarlo a cabo, no podrá escribir bien, hablar con propiedad, apreciar y entender la belleza de una ecuación de Euler, un libro de Dovzstoieski o un concierto para piano de Rajmaninov.

            En mi opinión es necesario educar al pueblo para que alcance esa cultura, no cargarnos la cultura para que la use el pueblo.

            Un saludo

          2. Tu comentario indica, simplemente, que desconoces cómo evolucionan las lenguas. Además de mezclar churras con merinas.

            Eliminar la RAE no tiene nada que ver con leer el Quijote o la distinción entre lenguaje culto y popular, o aprender matemáticas. Los organismos reguladores son superfluos por inútiles, a la vista está para quien lo quiera ver, la gente habla y escribe como le parece; solo lo que el uso asienta permanece. El inglés, por ejemplo, no tiene Academia y mire usted cómo le va.

            La RAE no es «la cultura». Es un organismo que pretende convertirse en legislador cuando solo debería ser notario.

  3. A mí no me convence. Además de que yo también he leído siempre ondas de gravedad para las de los fluidos, sí no fuera así, me parecería que simplemente es una expresión polisémica, que se sabe a qué se refiere por el contexto. Además, sí apareciera ahora otro ámbito diferente en el que hay algún tipo de ondas generadas de alguna forma por la gravedad, ¿qué tendríamos que hacer? ¿Llamarlas ondas gravitatinas o similar?

    1. No tiene que convencerte. Tú, usa lo que quieras. El tiempo y el uso dirá qué queda.

      Ahora bien, el que tú hayas usado siempre ondas de gravedad no indica que esa sea la expresión exclusiva en física de fluidos. Si buscas «ondas gravitatorias» más las palabras «fluido» o «atmósfera» en Google Académico puedes llevarte una sorpresa.

      1. De acuerdo con el título de tú post, y el argumento que das yo diría que sí que estás tratando de convencer al personal. Mi problema no es con el término «gravitacionales», que puedo usar sin ningún problema aunque sea una adaptación del inglés. Mi problema es con el argumento que propones de que de esa de forma distinguiríamos los dos fenómenos físicos. Me parece un argumento respetable, pero que no me convence, por un lado porque no es necesario y por otro porque no contempla ni es aplicable a otros casos.

  4. En primer lugar decirle que no voy a entrar a calificar los comentarios de nadie y lo que estos denotan. No me gusta llevar la conversación por esos derroteros. Y en segundo, aclararle que yo en ningún momento he negado que la lengua evolucione como marca el uso. Ni he dicho que me parezca adecuada toda la labor de la RAE.

    En lo que he querido incidir, poniendo un ejemplo humorístico, es que en lo que no podemos caer es en una “evolución” mal entendida que tenga como eje la falta de instrucción o los calcos de otros idiomas. Como ejemplo de esto último podemos tomar la expresión “encajar un gol”, que se ha popularizado como sinónimo de recibir un gol, cuando realmente significa lo contrario. O jugar al “basket” en vez de jugar al baloncesto.

    Dejemos a los expertos que pongan luz en los diferentes temas y eduquemos al pueblo. Y en lo que respecta a lo primero, la Comisión de Terminología de la Sociedad Española de Astronomía ha sido muy clara.

    Un saludo

  5. Buen artículo para justificar el uso de «ondas gravitacionales» que, sin embargo, hace agua (no «aguas», señor Tomé) en un burdo ataque a la RAE fruto, creo que principalmente, de la irreflexión.
    El patinazo principal es la enorme exageración al calificar la RAE de institución despótica. Por favor, un poco de sentido común. La mayor parte del trabajo de la RAE consiste en ser mera testigo de la evolución del idioma. Hace de notario, como dice usted.

    El problema reside en que algunos ataques fanáticos (como «despotismo ilustrado», «Academia trasnochada» o «diccionario patético», rayanos en lo infantil) pasan por alto la necesidad de dejar constancia no solo del uso anecdótico del repertorio léxico al alcance de los hablantes, sino también de la estructura del idioma. Esto exige, pues, hallar una serie de normas por las que los hablantes han llegado a construir cada término (por ejemplo, cómo derivar adjetivos a partir de un verbo o de un sustantivo). Estas normas (en el sentido de criterios, no de reglas), que son las que, según usted, le ponen «puertas al campo», tampoco son invención de la RAE. Somos los hablantes quienes hemos llegado a la conclusión de que los adjetivos se crean con unas terminaciones u otras. No por empecinamiento, sino porque si seguimos un modelo, no nos hace falta una explicación para muchos términos, la forma de los mismos nos da pistas más que suficientes para intuir su significado.

    Así, cuando la RAE da el visto bueno a una forma y no a otra, pese a que pueda ser más usada la segunda, lo da con la intención de que el léxico nuevo imite el esquema apropiado y no otro que quizá lleve a confusión a los hablantes o quizá no les dé pistas suficientes como para no recurrir a un diccionario, no con la intención ser «purista» o «despótica». Por eso la RAE, por poner algunos ejemplos, abogó en su día por la grafía «güisqui» en lugar de «»whisky». ¿Por empecinamiento o «purismo»? No, sino porque hoy «whisky» apenas plantea problemas para quien la escribe, pero si llega el momento, que llegará, en que el inglés no sea omnipresente, los futuros castellanoparlantes que vayan a escribirlo por primera vez tendrán un serio problema ortográfico, que no tendrían con «güisqui», pues sigue la arquitectura del castellano que todos conocemos. Igual sucede con «gravitacionales» o con la tilde de los pronombres demostrativos (lo que, curiosamente, le ha valido críticas de los susodichos puristas).

    Por supuesto, hay otros detalles que no voy a entrar a comentar, como calificar de «déspota» a la RAE, a la que tantísima gente se pasa por el arco del triunfo sin ninguna consecuencia (desde legisladores hasta albañiles) o cómo muchas veces la evolución tiene dos ramas, una producto de la necesidad y otra producto de la ignorancia (como señala Pablo). Un saludo e intente conocer mejor los entresijos del idioma, que la RAE no inventa normas (aunque nos las recuerde cuando surgen neologismos), como sí hacen los legisladores.

  6. PD: Olvidé comentarlo. Por su cometido y funcionamiento, el DRAE no está ni pretende estar a la última en lo que a avances léxicos se refiere. Existen diccionarios especializados en diversos temas y unos muy útiles diccionarios de uso para quien quiera estar al pie del cañón en lo que a creación lingüística se refiere. Así que, como usted dice, es muy útil para leer el Quijote, pero menos para el vocabulario científico del siglo XXI, evidentemente.

    Reitero mi saludo.

  7. Según el diccionario, los dos términos son sinónimos: «gravitacional: 1. adj. gravitatorio».

    En consecuencia, y sin ánimo de ofender ni a César ni a la Comisión astronómica, yo pienso usar ambos vocablos como ‘sinónimos’, optando preferentemente por el que más musical resulte de los dos al insertarlo en la frase de turno.

  8. Acabo de acordarme del post de DeGrasse en el que decía: «¿cómo se llamarían los habitantes de Venus? ¿Venusianos? No: venéreos. Es lo que hay; los médicos escogieron el término antes que los astrónomos.»

    😀

    1. Vaya. Ahora va a resultar que los venusianos y las venusinas sólo tienen enfermedades venéreas.
      Los médicos al usar el adjetivo venereo no se referían al planeta sino a la diosa romana del amor y del sexo. Venusiano y venéreo se usan en contextos diferentes.

  9. Ni gravitatorias ni gravitacionales. Ondas del espacio-tiempo. Así de claro y sencillo.

    Una onda es por definición una perturbación que se propaga. Así pues, las ondas recientemente descubiertas son perturbaciones del espacio-tiempo que se propagan.

  10. Por supuesto que el lenguaje lo definen sus hablantes, y la RAE se limita a registrar el uso que éstos hacen y a recomendar o no determinados usos.
    Pero no hay que olvidar que el lenguaje tiene una función principal que es comunicarse. Si hablamos en un idioma común tiene sentido adoptar las normas para que no se produzcan confusiones o éstas se minimicen. Si no vas a respetar las normas que se supone que vas a cumplir al usar un lenguaje, supongo que lo ideal es avisarlo para que los que sí las respetan te entiendan. Pero sólo si tu objetivo es comunicarte.

    Personalmente sigo tildando el adverbio sólo y los pronombres demostrativos a pesar de lo que dice la RAE porque no quiero seguir su consejo ya que me parece que no redunda en un mejor entendimiento, sino todo lo contrario y ellos mismos lo asumen: «Los casos reales en los que se produce una ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar son raros y rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros medios, como el empleo de sinónimos (solamente o únicamente, en el caso del adverbio solo), una puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que impida el doble sentido o un cambio en el orden de palabras que fuerce una única interpretación. – See more at: http://www.rae.es/consultas/el-adverbio-solo-y-los-pronombres-demostrativos-sin-tilde#sthash.rvwtJjae.dpuf.

    Supongo que cada uno tiene su «guerra» con la RAE 😛

  11. Usar un nombre para el efecto de X sobre los fluidos y otro para el efecto de X sobre el espaciotiempo esta bien. Pero X sigue siendo la misma. Así que debería tener un único nombre.

  12. Espero que sea necesario aclarar que hay cabida para los dos tipos de ondas como consecuencia de la gravedad, aquellas que se producen como consecuencia de una masa en movimiento por efectos gravitacionales y aquellas que se producen debido a la manera de propagarse las fuerzas gravitatorias.

    La fuerza de la gravedad o interacción gravitatoria, según las últimas observaciones se propaga de forma que en ciclos constantes de intervalos finitos alcanza su máximo de intensidad y luego decrece hasta el mínimo posible en un intervalo equivalente; en lo que se denominarían ondas gravitatorias.

    En el caso de las mareas en cambio deberíamos hablar de ondas gravitacionales ya que son el sol y la luna las que producen dichos efectos debido al movimiento relativo de sus masas con respecto al agua sobre la tierra.

    En caso de estudiar las ondas procedentes del impacto de dos estrellas gravitando una en torno a otra es obvio que se habrá de distinguir los dos tipos de ondas. En el último estudio, que dio pié a hablar mucho del tema, parece que a nadie la cabía duda que el efecto descubierto era gravitatorio y no gravitacional. Sería una terrible desgracia una equivocación semántica de este tipo.

  13. Corrección:
    Donde decía «Espero que sea necesario aclarar que hay cabida para los dos tipos de ondas como consecuencia de la gravedad» quería decir (como es lógico) que espero que NO sea necesario aclarar que hay cabida para los dos tipos de ondas.

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Por César Tomé López, publicado el 12 febrero, 2016
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