El termino “mixtura” que los protoquímicos usaban en el siglo XVII para designar a los cuerpos compuestos no hacía prácticamente distinción alguna entre combinaciones químicas y mezclas físicas. Sin embargo, a lo largo del siglo XVIII se produjo una clara separación. En su Dictionaire de chymie (1766), por ejemplo, Pierre Joseph Macquer distinguía entre una “combinación o composición química […] en la que debe existir además una mutua adherencia entre las sustancias que se combinan” y las “mixturas, con las que uno se refiere sólo a la mezcla sencilla, una simple interposición de partes”.
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