Einstein y…la religión

Por César Tomé López, el 1 mayo, 2018. Categoría(s): Historia de la ciencia ✎ 25

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Albert Einstein nunca abrazó ninguna religión organizada. Nacido judío, abandonó las costumbres y tradiciones del judaísmo cuando tenía doce años, y nunca volvió a relacionarse con la religión convencional. Sin embargo, no sería cierto decir que Einstein no era religioso. Expresó a menudo agradecimiento y un profundo sobrecogimiento ante lo que el describió como “esa fuerza que está más allá de lo que podamos comprender”, la esencia según Einstein de cualquier religión.

La legislación alemana exigía que todo estudiante a partir de doce años tuviese una educación religiosa oficial, fuese ésta la que fuese siempre que estuviese reconocida por el estado. Así, los padres judíos de Einstein, por lo demás nada religiosos, contrataron a un pariente lejano para educarle en su tradición. Con once años, el joven Albert abrazó el judaísmo con furia. Para sorpresa de sus padres (y quizás, disgusto) Einstein se convirtió en un observante judío, incluso rehusando comer cerdo. Más tarde describiría esta fase como su “paraíso religioso”. Pero, la fase no duraría mucho.

A la edad de doce años, Einstein descubrió el mundo de la ciencia y las historias de la Torah que tanto había disfrutado ahora le sonaban como cuentos para niños. En un movimiento pendular, rechazó su anterior religiosidad y un mundo que ahora percibía como correspondiente a un cuento de hadas. Durante el resto de su vida, Einstein parece haber tenido este mismo concepto de la religión organizada, describiendo la creencia en un dios personal o la creencia en una vida después de la vida como muletas para los supersticiosos o temerosos. No participó nunca en un ritual religioso tradicional: rehusó convertirse en un bar mitzvah (“obligado por el precepto”; adulto desde el punto de vista de la ley judía) a los trece años, sus bodas fueron civiles, nunca acudió a un servicio religioso y eligió que su cuerpo fuese incinerado, algo expresamente contrario a la tradición judía.

Y sin embargo, Einstein se describía a sí mismo como religioso. Se cuenta la anécdota de que en una fiesta en Berlín en 1927 había un invitado que había estado haciendo comentarios sarcásticos acerca de la religión durante toda la velada. Al hombre, un crítico literario llamado Alfred Kerr, se le advirtió de que no hiciese esos comentarios delante de Einstein. Kerr fue a buscar a Einstein incapaz de creer que el gran hombre de ciencia fuese tan religioso. Einstein replicó, “Sí, puedes llamarlo así. Intenta penetrar en los secretos de la naturaleza con tus limitados medios y encontrarás que […] queda algo sutil, intangible e inexplicable. La veneración por esta fuerza que está más allá de lo que podemos comprender es mi religión. Hasta ese punto soy, de hecho, religioso”.

Einstein creía en algo que él llamaba “el sentimiento religioso cósmico”. Al estudiar el universo sentía que los humanos estamos intrínsecamente limitados a un conocimiento sólo parcial de la naturaleza. Habría un nivel de la existencia que nunca podríamos comprender. Algo complejo, inexplicable y sutil. El sentimiento religioso cósmico se expresaba como respeto y amor por este misterio.

Como buen científico Einstein analizó esta creencia. En un artículo del 9 de noviembre de 1930 que escribió para New York Times Magazine titulado “Religión y ciencia” argumentaba que existían tres etapas en la evolución de la religión. Al comienzo, decía, la gente se enfrentaba al miedo básico ante los peligros del universo, y esto llevó a la creencia de que debe haber algo poderoso cuyos caprichos marcan el destino humano. A continuación aparece la idea del dios antropomorfo que puede castigar y recompensar, lo que conduce a los conceptos de moralidad, así como a generar respuestas acerca de la vida después de la muerte. Más allá de esto, continuaba Einstein, está el sentimiento religioso cósmico, un sentimiento de la impotencia e inutilidad humanas ante la naturaleza y el “mundo del pensamiento”.

Escribió que el universo y su funcionamiento es lo que inspira este sentimiento. En este tipo de religiosidad, el practicante desea experimentar ser parte del universo en un sentido holístico del término, en contraposición a ser un individuo separado de él. Einstein citó desde los escritos de Schopenhauer hasta los Salmos de David, pasando por las escrituras budistas, como ejemplos de esta experiencia casi mística. Por último, insistió en que este sentimiento era tan universal, tan libre de dogmas, que ninguna religión en concreto lo podía abarcar y, por lo tanto, estaba intrínsecamente separado de la religión organizada. De hecho, el fin último de toda la ciencia y el arte era inspirar este sentimiento tan intenso, y fruto de él era la dedicación solitaria durante años a la ciencia de gente como Kepler o Newton. Claramente, la religión, si bien una definición muy específica de religión, era crucial en el pensamiento de Einstein.

No es de extrañar, pues, que Einstein siempre mantuviese que la ciencia y la religión se beneficiaban de su mutua asociación. En su opinión, lo mejor de la religión surgía directamente del impulso científico. Escribió: “Cuanto más avance la espiritualidad de la humanidad, más cierto me parece que el camino hacia la genuina religiosidad no pasa por el miedo a la vida, o por el miedo a la muerte, y la fe ciega, sino en esforzarse por alcanzar el conocimiento racional”. Era la búsqueda del conocimiento mismo lo que Einstein consideraba la base de la religión.

La visión habitual del público de la posición de Einstein con respecto a la religión parece indicar que ésta está llena de aparentes contradicciones. Si bien Einstein siempre mantuvo este sentimiento religioso cósmico y, en este sentido, sus menciones a dios se referían a un dios próximo al de Spinoza [*], los líderes religiosos se afanaban por atraerse a Einstein, si no a su religión, si a un “marco conceptual” próximo. Así, es fácil (si uno es religioso) ver el desarrollo de la física del siglo XX como indiciario de la existencia de “lo misterioso” en lo que, de otra forma, habría sido un universo completamente determinista. Einstein negó este extremo con toda contundencia. Cuando en 1921 el Arzobispo de Canterbury le preguntó cómo afectaba la relatividad a la religión, contestó que no le afectaba. La relatividad, insistió, era totalmente científica y no tenía nada que ver con la religión.

[*] Einstein decía que era el mismo, nosotros no estamos de acuerdo, como ya hemos mostrado en otra parte.

Publicado originalmente el 18 de julio de 2010



25 Comentarios

  1. Lo que a mi me molesta es como, la religión organizada, se apropia de la espiritualidad humana siendo esta algo personal de cada ser humano.

    Es algo que defendería hasta la muerte en mis propios hijos, déjenlos a ellos mismos experimentar el universo y maravillarse, que su espiritualidad sea de ellos mismos y no tengan en ella ideas amorfas de la curia de turno.

  2. El sentimiento religioso de Einstein, como todos los sentimientos, es personal, intransferible e imposible de rebatir. Las religiones, por el contrario, son sociales, se comunican (yo diría que se contagian) y son discutibles.
    Para mi las religiones no son más que una forma de política, una manera de llegar al poder sobre la sociedad, que usan el sentimiento religioso haciendo creer que el del líder es el mismo sentimiento que el del resto de sus seguidores.

    1. La religión es ante todo una cuestión de creencia y por tanto basta un individuo para que haya religión. Concretamente, la religión es la creencia supersticiosa en espíritus (inteligencias que existen sin necesidad de estar ligadas a un cuerpo). Cuando, por ejemplo, un budista dirige súplicas al espíritu de Buda o un católico le reza al espíritu de Cristo, eso es religión.

      Por supuesto, las religiones que cuentan con muchos seguidores constituyen fenómenos políticamente importantes, lo cual explica la hegemonía de las teocracias a lo largo de la historia. Pero una cosa es la religión, que es siempre irracional, y otra la política, que no tiene por qué ser irracional.

      1. Esta frase «un budista dirige súplicas al espíritu de Buda» indica un profundo desconocimiento de lo que es el budismo. Digamos tan solo que el fin último del budista es la extinción, el nirvana, por lo tanto no tiene sentido hablar ni de síplicas, ni de espíritus, ni de vida fuera del mundo material. La versión del budismo más popularizada en Occidente, la tibetana, es muy minoritaria y está impregnada de un montón de rituales de origen esotérico; aún así, estos rituales son medios para la meditación, no oraciones en el sentido cristiano del término.

        Por otra parte, esta frase «le reza al espíritu de Cristo» también indica un profundo desconocimiento de la doctrina cristiana en general y católica en particular. Primero, porque para el cristiano Jesús, el llamado cristo, resucitó y está vivo, en cuerpo y alma y ascendió al cielo de esta forma; segundo, porque el cristiano reza a Dios, que es trino para la mayoría de cristianos y, si se trata de alguna variante de tientes arrianos, es Dios-Padre; y de remate, si reza a María, ésta resulta que fue asumida al cielo en cuerpo y alma, en palabras de Pio XII: «proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado: Que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial».

        Por tanto, esta frase «Concretamente, la religión es la creencia supersticiosa en espíritus (inteligencias que existen sin necesidad de estar ligadas a un cuerpo)» es, simple y llanamente, falsa. Pero no solo eso, la religión es fundamentalmente un sistema cultural que incluye creencias (en cosas varias, no necesariamente sobrenaturales), comportamientos, prácticas, ética y rituales y, por lo tanto, solo existe religión si hay grupo humano.

        1. Hola César, mi definición de religión es la formulada por el gran antropólogo victoriano E. B. Tylor y me gustaría explicarle por qué ninguna de sus objeciones logra refutarla.

          1. El budismo nació como una filosofía, mas con el tiempo algunas de sus ramas se convirtieron en religión. Como es lógico, mi frase sobre «un budista» describe exclusivamente al seguidor de la religión budista, no al seguidor del budismo puramente filosófico.

          2. El espíritu de Cristo solo tiene cuerpo desde hace poco tiempo: unos dos milenios. Antes de encarnarse, Cristo existía como alma sin cuerpo. Esto encaja perfectamente en la definición tyloriana de religión.

          3. «Dios Padre» es un espíritu inmaterial, por lo que también encaja en la definición tyloriana.

          4. Según la mitología católica, el alma de María nunca se ha separado de su cuerpo, pero esto también es compatible con la definición tyloriana, pues esta definición simplemente requiere que las almas sean concebidas como separables del cuerpo, no que las almas necesariamente deban encontrarse separadas del cuerpo.

          5. No es verdad que haga falta un «grupo» para que haya religión. Por ejemplo, un náufrago ateo que habita en una isla desierta puede decidir inventarse una nueva religión y esa religión no será menos real por el hecho de que cuente con un solo practicante (el náufrago ex ateo). La esencia de la religión es el animismo (la creencia en espíritus separables de los cuerpos sólidos) y esto es algo que no depende del número mayor o menor de adeptos que tenga la religión.

          1. 1 Reitero, un budista no suplica al espíritu del buda. Un budista medita para alcanzar el nirvana. No solo eso, por definición de «buda», Buda no existe ya, está extinguido en el nirvana.
            2 No. Por que como dice San Pablo a los corintios (1 Cor 15:14) » Y si Cristo no ha resucitado, tanto nuestro anuncio como vuestra fe carecen de sentido.»
            3 Usando lógica escolástica: si Dios es omnipresente, entonces es cosa extensa; si Dios es omnipotente, entonces es cosa material, porque no serlo sería negarle una potencia.
            4 Según esa lógica varias formas de judaísmo, hinduismo y zoroastrismo, mire usted por donde, no son religión. El animismo de Tylor tiene muchas limitaciones como definición.
            5 Según esa lógica existen tantas religiones com personas, ya que no hay dos que crean exactamente lo mismo. A esto se refería Richelieu cuando decía «Dadme seis líneas escritas de su puño y letra por el hombre más honrado y encontraré en ellas motivo suficiente para hacerlo encarcelar». La religión es un hecho antropológico y, como tal, social y externo. De hecho no hace falta ni lo inmaterial; la recompensa futura, como en el zoroastrismo, viene en un mundo futuro, no superior, sino este mismo justo y purificado; la visión mesiánica judía va en esta línea.

          2. Estoy de acuerdo con Tomé. Una religión es una institución social. Por eso mismo, no lo estoy con este párrafo:
            «no sería cierto decir que Einstein no era religioso. Expresó a menudo agradecimiento y un profundo sobrecogimiento ante lo que el describió como “esa fuerza que está más allá de lo que podamos comprender”, la esencia según Einstein de cualquier religión.»
            Einstein no era religioso. Tenía creencias contradictorias respecto a la divinidad, que es otra cosa. Cuando la llama «El Viejo» y le agradece algo, la está personalizando. Pero si no creía en una divinidad personal, son ganas de liarla llamar Dios a eso. No importa lo intenso que sea un sentimiento de admiración o sobrecogimiento. Si no está dirigido a un dios personal, no es ni religión ni teísmo. Es estética.

          3. Gracias por la aclaración sobre el mal llamado budismo. He conocido occidentales actuar dentro del budadharma como cualquier ‘creyente’, y no como alguien que busca liberarse de emociones perturbadoras y de toda idea aprendida. ‘Vaciar la taza de té’.

  3. Rawandi, hay personas que son ateas y por tanto no tienen creencias religiosas, luego hay millones de individuos que no crean religiones ni participan en ellas, a menos que el ateísmo se considere una religión, o para ser más precisos, una anti-religión.

    Las creencias no-racionales o intuitivas no siempre son supersticiosas. Muchas personas se han librado de accidentes mortales anulando viajes por tierra, mar y aire.

    La aparición de espíritus, luces, formas, las sensaciones de ingravidez, las experiencias cercanas a la muerte, etc, no son racionales ni irracionales, simplemente ocurren o no ocurren. La meditación, el yoga, las artes marciales, el chi-kung, los alucinógenos, las experiencias chamánicas, los fenómenos de hiperventilación, etc, son vías de acceso a sensaciones y vivencias que no siempre son irracionales, digamos que son inhabituales.

    Las plegarias u oraciones de los budistas y cristianos se basan en la fe, la misma fe con la que millones de personas confían en ganar la lotería, la misma fe con que acudimos a los restaurantes confiando en que los alimentos que nos sirven se hallan en perfectas condiciones, la misma fe con la que votamos a los partidos políticos con independencia de la solvencia de sus programas y, en definitiva, la misma fe con que nos dejamos seducir por los eslóganes publicitarios que alaban la excelencia de las empresas, productos y servicios.

    Por último, tanto el budismo como el cristianismo originales no solo no fueron teocráticos sino que sacudieron las estructuras políticas y religiosas de su tiempo, de hecho combatieron la teocracia establecida. Cosa distinta es que aquella lucha contra la teocracia degenerase en el tiempo hasta convertirse en un simulacro.

    1. Creer en apariciones de espíritus (por ejemplo, las narradas en el Nuevo Testamento) es irracional porque no están respaldadas por ninguna prueba y además están en conflicto con todo lo que sabemos sobre el universo. Esto no tiene nada que ver con la confianza razonable en la baja probabilidad de resultar intoxicado en los restaurantes de un país desarrollado.

      No estoy de acuerdo con que el cristianismo sacudiera las estructuras de su tiempo ni combatiera la teocracia. Cuando el cristianismo se convirtió en la única religión oficial del Estado romano (siglo IV), este siguió siendo un Estado brutal, esclavista y teocrático.

  4. Rawandi, como veo que el debate fractaliza lo dejo aquí. Sólo unas notas finales. La mayoría de las religiones nacieron y nacen como filosofías, constituyen un cuerpo de enseñanzas o idearios con componentes éticos, místicos e incluso políticos. La trascendentalización de los símbolos religiosos, humanos y abstractos, suele ser posterior al paso por el mundo de los hombres y mujeres que erigieron esos idearios.

    Si como dices el espíritu de Cristo existía como alma sin cuerpo ¿no contradice esto tu afirmación de que los espíritus no existen? ¿O solo cabe llamar espíritu única y exclusivamente a lo que tú entiendes por espíritu? Aquí veo una contradicción en tu argumento.

    La razonable probabilidad de no resultar intoxicado en un restaurante no tiene nada que ver con los espíritus, existan o no, tiene que ver con la imposibilidad de diferenciar la fe del que reza de la fe laica. No entiendo por qué tergiversas mi razonamiento.

    La persecución, detención, tortura y crucifixión de Jesús y de algunos cristianos fundacionales es un ejemplo paradigmático de la sacudida que sufrieron las estructuras políticas y religiosas romanas y judías. Eso sí, el ideario cristiano coincide con los movimientos rebeldes al imperio romano y su injusta estructura político-económica. Recuerda que el emperador romano era el representante de Dios en la tierra.

    El hecho de que la implantación de una sociedad justa y fraternal fuese imposible no es imputable al cristianismo fundacional sino a los grupos de poder políticos y económicos de la época que lucharon por mantener sus privilegios.

    1. Si como dices el espíritu de Cristo existía como alma sin cuerpo ¿no contradice esto tu afirmación de que los espíritus no existen?

      Hombre, yo estaba simplemente describiendo lo que afirma la mitología cristiana. Soy ateo: no creo en ninguna forma de animismo y por tanto no creo en ninguna religión.

      la imposibilidad de diferenciar la fe del que reza de la fe laica

      La diferencia es muy sencilla: La fe laica (por ejemplo, la creencia de que en un restaurante no te van a envenenar) es sensata porque tiene una muy alta probabilidad de ser cierta, mientras que la fe de los que rezan (la creencia de que algún espíritu les escucha) es una superstición porque tiene una bajísima probabilidad.

  5. César, aquí tiene usted una súplica que le dirige a Buda un maestro budista:
    «¡Oh, Ser Bienaventurado, Shakyamuni Buda!, (…)
    Con las manos juntas en señal de respeto, a ti me dirijo,
    amigo supremo y fiel,
    y te suplico desde lo más profundo de mi corazón:
    Por favor, concédeme la luz de tu sabiduría
    para disipar la oscuridad de mi mente (…)
    que todo el sufrimiento desaparezca de inmediato»

    https://kadampa.org/es/buddhism/alabanza-a-buda

    1. Ha tenido usted que recurrir a una secta creada en 1991 para venta a occidentales para encontrar algo así. Eso es el equivalente a decir que las creencias de los Testigos de Jehová son representativas del Cristianismo.

      1. Yo simplemente he dicho que existen budistas que le rezan a Buda igual que un teísta le reza a su Dios interventor. Que esos budistas sean o no «representativos» del cajón de sastre denominado «budismo» es una cuestión muy diferente en la que no he entrado para nada.

  6. ninguna de las interrogantes fundamentales está resuelta : hacia dónde vamos y por qué estamos aquí ? , existe una inteligencia responsable de nuestra existencia y del cosmos o simplemente somos el resultado de unas leyes que provienen de la nada? . todo es especulación acerca de estas preguntas . religiones y filosofía se quedaron estancadas en el camino , solo la ciencia ha podido avanzar en la búsqueda de respuestas .

    1. Hace ya casi treinta años que Carl Sagan expuso las respuestas de la ciencia moderna en su serie de televisión Cosmos:
      La naturaleza es increada, pues está constituida por todo lo que es, lo que ha sido y lo que será. Los humanos somos materia consciente creada por la naturaleza. Los dioses y demás espíritus son meras invenciones de nuestro cerebro, que posee billones de conexiones neuronales como resultado de un proceso evolutivo fortuito que empezó en nuestro planeta hace casi cuatro mil millones de años.

        1. Me baso en el principio lógico de sobriedad: La hipótesis de la naturaleza increada requiere un paso menos que la hipótesis de que detrás de la naturaleza hay un ser inteligente invisible sobrenatural que es increado.

  7. Einstein al no contar con evidencias suficientes postuló la existencia de un creador que se oculta en las leyes del universo , no le quedaba otra opción , él pudo haber agregado además que la perfección de estas leyes es suficiente demostración de su existencia …… que más podemos agregar nosotros 60 años después ? . Concuerdo con otros comentarios más arriba que las religiones y sus dioses sólo son el resultado de la evolución cultural de la humanidad . Prueba de ello son por ejemplo el reemplazo de los dioses del Olimpo por el cristianismo, así , existen muchos casos iguales .

  8. Rawandi,
    y usted de donde saca tamaña aseveración , en que fundamenta sus palabras , cuales son sus fuentes ? . considera usted que cuenta con la suficiente información para dar por zanjado tan complejo tema?… así de fácil «La naturaleza es increada» y punto final …. no señor , falta mucho por descubrir aún . esta es nuestra versión desde el punto de vista de nuestras limitadas capacidades y de la todavía escasa información que hemos recabado en el transcurso de este breve tiempo que llevamos como planeta observando el comportamiento del universo .
    basta de gente que se cree dueña de la verdad . «no se puede dar una opinión tan definitiva del paisaje a tu alrededor cuando recién has mirado por una ventana».

  9. Lo que Einstein opinaba acerca de la existencia de un creador es absolutamente entendible considerando el conocimiento que el logró reunir en sus investigaciones . él también debió quedar impresionado como todo el mundo con sus descubrimientos y sencillamente le atribuyó a un creador la responsabilidad de tanta maravilla .
    el comprender como se cumplen las leyes que gobiernan el universo teórica y empíricamente no creo que deje a alguien tan indiferente , en su asombro , simplemente meditó … hay una inteligencia detrás de tanta perfección . el azar no construye algo así .

  10. Decir que se es religioso sin creer en un dios o “deificar” a la Naturaleza como Spinoza o Einstein es un simple artificio, es entrar en el Mundo de Alicia:
    “Cuando yo uso una palabra –insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso– quiere decir lo que yo quiero que diga…, ni más ni menos.
    –La cuestión –insistió Alicia– es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.
    –La cuestión –zanjó Humpty Dumpty– es saber quién es el que manda…, eso es todo.”

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Por César Tomé López, publicado el 1 mayo, 2018
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